Allí estaremos el viernes 4 de marzo, dentro de la XXXII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, para quien quiera darse un paseíto. Habrá cuentos a la venta. El palacio está en el centro, en la calle Tacuba, a una cuadra de Bellas Artes y Correos.
Repinte (Mérida, Venezuela)
De nuevo, el colectivo Hormiguitas firma la fotografía de hoy. Por sí solo, el mensaje a dos capas de los archiveros merideños -que no emeritenses, ni meridanos, en este caso- es una joya para quien guste de observar estos pequeños accidentes. Podríamos decir casi que es un letrero en tres dimensiones. La manera de arreglarlo, ¿habrá sido una cuestión de presupuesto, o es que simplemente, había pintura a mano? Como sea, con la tilde esdrújula, ahora el archivo es más merideño que nunca.
Lo bordaron (Mérida, Venezuela)
Esta frase suele utilizarse para indicar que alguien hizo su labor con absoluta diligencia. El grupo Hormiguitas de Barinas, Venezuela, continúa ejerciendo sus labores. Su última acción colectiva en lo referente a AP la desarrolló en la ciudad de Mérida, en el estado homónimo del país sudamericano. Celebramos la predisposición del agente de la foto para prestarse a ser portador de la campaña, algo que, entre los cuerpos de la ley, podría haber sido un no rotundo y malas caras. A estas alturas, el hiato con fuerza en la í no debería ofrecer ninguna duda. Policííía.
Satisfacciones
Este caso, que me recuerda a las fotografías de la Nueva Topografía, es realmente ilustrativo y nos permite ponernos un poco más filosóficos. AP llegó a la cortina del local, cuyo polvo habla del tiempo que lleva echada, y le corrigió el acento [hiato con fuerza en vocal cerrada (i, u): se tilda siempre]. A veces creo que la cuestión de la ortografía no es tanto un problema de comprensión, ni siquiera algo circunscrito al lenguaje, sino una manera de saldar cuentas. Cuentas con el desorden, con la pereza, con el desaliño, con todo lo que está fuera de lugar, con el desequilibrio y la entropía. Claro que son estos comportamientos humanos, estos 'accidentes', los que dan valor a la apreciación o a la intervención.
Así, el hecho de corregir un error a veces se escapa de lo fáctico y circunstancial -me atrevería a decir, incluso, secundario- pero al mismo tiempo nos atañe de manera mucho más básica y esencial. Es, a fin de cuentas, un pequeño acto de justicia con el mundo. ¿No es eso lo que sintió, acaso, aquel que antes de nosotros se había manchado la mano entera para escribir en el polvo la letra U del resta_rante?
Las letras y la música, cuestión de sensibilidad
Hugo Rojas y sus alumnos de Español en el Urban Assembly Media High School de Harlem continúan con su particular campaña en las calles de Nueva York. En este caso otra esdrújula que, como saben, se tildan siempre. Igual que la literatura, ¿qué sería de la música si no le diéramos a cada detalle su valor?
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